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Nuestra tela

La creación de una tela india: Una historia tejida a mano y con el corazón
La belleza del telar manual indio no reside solo en sus vibrantes colores y patrones atemporales, sino también en el intrincado proceso de su creación: un viaje de paciencia, precisión y pasión. Ya sea el algodón fresco y transpirable de nuestros veranos o la seda rica y brillante de nuestras festividades, cada tela lleva consigo el legado de generaciones. Así es como cobra vida una tela india, ya sea de algodón o de seda:
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Selección y preparación del hilo: El proceso comienza con el hilo: algodón recogido e hilado a mano, o hilos de seda cuidadosamente devanados de capullos. Estos hilos crudos se suavizan, se limpian y se preparan para el teñido y el tejido. Cada hebra se somete a pruebas de resistencia, suavidad y durabilidad: la base de la vida de la tela.
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Teñido Anudado (Ikat) y Estampado: El Alma de los Tejidos Indios. Una de las técnicas más célebres de la India es el tejido Ikat (Bandha) de Odisha, Andhra y Gujarat. En este proceso, tanto los hilos de urdimbre como los de trama se tiñen con esta técnica antes de tejerlos. Los hilos se atan a intervalos específicos para que no se destiñan. Se tiñen en capas, repitiendo el proceso varias veces. Una vez desatados, los diseños ocultos emergen como por arte de magia. Además del Ikat, la India también es cuna de la estampación en bloque, la pintura kalamkari, el tejido de brocado, la costura kantha y la pintura pattachitra; cada región conserva su identidad única.
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Teñido: Los colores dan vida a los textiles indios. Desde tintes naturales hechos con raíces de cúrcuma, índigo y rubia, hasta tintes ecológicos modernos, cada hilo se impregna de capas de color. El verdadero arte reside en mantener la precisión para que los tonos se mantengan nítidos y no se mezclen al tejerlos.
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Secado y preparación: Los hilos teñidos se desatan, se lavan y se secan al sol. Este sencillo paso garantiza que los colores se fijen de forma natural y conserven su brillo durante décadas. El ritmo de los hilos secándose en las aldeas forma parte de la cultura india tanto como el propio sari terminado.
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Preparación del telar: Los hilos se estiran y alinean en telares tradicionales. Ya sea un telar de pozo en Odisha, un telar de lanzadera en Andhra o un telar jacquard en Benarés, cada tejedor se asegura de que los patrones preteñidos se alineen con precisión para formar el diseño. Esta etapa exige precisión matemática y una profunda concentración.
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Tejido a mano: el latido de la tela: El tejido es donde los hilos se convierten en tela. Línea a línea, color a color, la mano del tejedor da vida a lo que una vez fue hilo. Los tejidos de algodón como el Mangalgiri, el Khadi o el Jamdani tardan semanas, mientras que las maravillas de la seda como el Banarasi, el Kanjivaram, el Bomkai o el Patola tardan meses. Un solo error puede arruinar días de trabajo, pero la paciencia es su eterna compañera.
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Acabado: Una vez tejida, la tela se lava, almidona y plancha cuidadosamente. En el caso de la seda, el pulido le da brillo; en el del algodón, el almidonado le aporta cuerpo. La pieza final no es solo tela, sino una reliquia de arte.
Un legado más allá de la tela
India alberga algunos de los telares manuales más famosos del mundo, muchos de ellos reconocidos internacionalmente e incluso certificados por la UNESCO:
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Seda Banarasi (Uttar Pradesh): famosa por sus brocados y zaris.
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Seda Kanjivaram (Tamil Nadu): motivos inspirados en templos y gran durabilidad.
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Ikat Sambalpuri (Odisha): conocido por la precisión del teñido anudado de doble ikat.
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Ikat Pochampally (Telangana): ikats geométricos reconocidos por la UNESCO.
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Patola (Gujarat): ikat doble de lujo, tejido por muy pocas familias.
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Chanderi (Madhya Pradesh): mezclas ligeras de algodón y seda.
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Jamdani (Bengala Occidental y Bangladesh): tejido declarado patrimonio inmaterial de la UNESCO.
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Khadid (Toda la India): algodón hilado a mano, símbolo del movimiento de liberación de la India.
Cada tela narra la historia de su tierra, su gente y su patrimonio.
Nuestros tejedores de estrellas


El Sr. Bhagirathi de Sonepur
El Sr. Santosh de Nuapatna
La historia de nuestros tejedores
Detrás de cada sari, dupatta o kurta se esconde la lucha silenciosa de nuestros tejedores. Muchos viven al día, trabajando incansablemente en telares manuales cuando las máquinas podrían haberles proporcionado ingresos más rápidos. Rechazan los atajos porque, para ellos, tejer no es solo trabajo, sino una responsabilidad ancestral de proteger la identidad cultural de la India.
Todavía hilan a mano, evitando los telares mecánicos, para mantener viva la autenticidad.
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Tejer a menudo requiere semanas de duro trabajo, pero los ingresos apenas alcanzan para mantener a sus familias.
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En aldeas remotas, las familias trabajan juntas: las mujeres tiñen los hilos, los hombres tejen, los niños ayudan en la preparación.
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Los festivales, las bodas y las luchas diarias continúan, pero el telar nunca se detiene.
Cada pieza que tejen es una plegaria, un legado y un acto de resistencia contra la erosión cultural. Al usar telares manuales indios, no solo estás cubriendo telas, sino que estás llevando adelante su sueño, su arte y su esperanza de supervivencia.
El telar manual indio no es moda. Es herencia, identidad, corazón. En Laazya, llevamos estas historias y telas al mundo, para que cada tejido encuentre el lugar que merece.