La vida de un tejedor indio: Un día en el telar
- Laazya Blog

- 4 oct
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Antes del amanecer, en muchos pueblos de la India, comienza el rítmico traqueteo de los telares: una música familiar en los hogares de los tejedores manuales. Para millones de artesanos, tejer no es solo un medio de vida; es una forma de vida que se transmite de generación en generación.
Según el Censo de Telares Manuales de la India (2019-20), más de 4,3 millones de personas se dedican directamente al tejido manual y actividades afines, la mayoría de ellas trabajando en pequeños telares domésticos. El día típico de un tejedor comienza temprano: se prepara el hilo, se colocan los hilos de urdimbre y se opera el telar durante 8 a 10 horas. El proceso exige una paciencia y precisión inmensas. Un solo sari Sambalpuri Ikat, por ejemplo, puede tardar entre 15 días y un mes en completarse.
Sin embargo, los desafíos son inmensos. Muchos tejedores ganan menos de 250 rupias al día, luchando por equilibrar el aumento de los costos de las materias primas y la incertidumbre de la demanda del mercado. Sin embargo, su resiliencia es notable. En regiones como Pochampally (Telangana) y Varanasi (Uttar Pradesh), los tejedores continúan produciendo telas de fama mundial que llegan a boutiques internacionales y casas de moda de lujo.
A pesar de la modernización, la mayoría de los tejedores aún utilizan telares manuales de madera, con la ayuda de sus familias. Cada hilo tejido no solo transmite belleza artística, sino también una historia silenciosa de resistencia y orgullo.
Apoyar a estos artesanos es preservar el patrimonio vivo de la India, un patrimonio que entrelaza cultura, sostenibilidad y espíritu humano, hilo a hilo.



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